¿Vale la pena?

Siento romper con los esquemas de este umilde pero sincero blog, y es que, teoricamente, los titulos de estas enigmáticas entradas se conforman por una única palabra, y unos frios puntos suspensivos acompañando a la retaguardia a esta significativa palabra, que en teoría, representa la entrada. Pero en esta entrada, he sentido la necesidad de cambiar el metodo, no se si por que no he tenido los recursos suficientes para encontrar una única palabra que lo englobe todo, simplificando el tema, pero a la vez abriendo una veda a la mente para relacionarlo con el cuerpo de la entrada, o simplemente por que no se puede decir de otra manera; pero bueno, ese no es el caso, y sinceramente,y disculpadme por ser tan... franco pero no me importa en absoluto.


Muchas noches (y tambien dias, todo hay que decirlo), he llegado a casa pensando y meditando sobre mis actos, o simplemente lo vivido en un margen de tiempo que varía segun el tema. Muchas veces, estos vienen acompañados de una dura discursión con mi padre, en los que se juntan insultos y continuas decepciones, y rotas unas espectativas en las que confiába, aunque siempre me he engañado pensando que son distintas, y es ahi cuando un cúmulo de sentimientos explota en la boca del estómago, justo abajo de las costillas, y me hace hundirme por momentos, y es ai quando me hago la dichosa pregunta: ¿Vale la pena?

Pues yo digo que sí, vale la pena mover cielo y tierra, molestar a mi padre para que me haga de chofer, y aun que con una máscara y con más gente, pueda disfrutar un ratito de esa enorme sonrrisa que inunda la sala, haciendo que pare el tiempo, y mi cuerpo se oxolete de una seguridad y tranquilidad que pocas veces he vivido, y que gracias a ello, el bufon que tiene por trabajo hacer reir a la gente y tener que poner el acento humoristico, pueda convertirse en el ser más receptor y fascinado por esa paz, esa pureza, esa tranquilidad, ese bienestar, esa sensacion que al fin y al cabo es lo que me hace estar sobrio y cuerdo, y en muchas ocasiones, es lo que me da fuerzas para no tirar la toalla, mirar al frente, y poder decirle al diablo:
JODERME A MI, ES JODERLE AL MEJOR!

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